Déjame reconfortarme en el mundo de las ideas y pensar que yo también soy alguien importante.
Que soy la charla del bulevard y que es fácil no sentir nada cuando no tengo tiempo para mi.
Que es fácil no sentir nada cuando el mundo depende de mi.
Que brillaremos siempre. Y siempre por separado.
Y qué precio, señoras y señores.
Qué precio el de olvidar siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario